
Otoño
las calles amarillas,
crujen bajo mis pies,
mientras los árboles,
desnudos me saludan.
Me duelen algunas ausencias...
algunos olvidos...
¡¡hay...hay!! ¡qué tristeza!
las calles amarillas.
¿qué pena esas hojas secas!
Esas pequeñas hojas mustias,
de los fresnos raquíticos
que quedaron sin ellas.
El ocaso se acerca lento
en este día de otoño,
y se vuelve todo rojizo
en las calles plomisas.
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