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El boom latinoamericano
Fenómeno que conmocionó en los años 60 la literatura hispanoamericana. Ha habido en su evolución otros momentos anteriores al señalado con esta palabra, el modernismo y el vanguardismo.
Factores que estimularon el boom:
a) La incomunicación con Europa y con unos Estados Unidos por el esfuerzo bélico.
b) La explosión demográfica y el crecimiento de las grandes ciudades.
c) La huella de maestros consolidados como Kafka, Joyce, Faulkner y Sartre.
d) Experimentalistas aislados como Horacio Quiroga, Jorge Luis Borges, Ricardo Güiraldes y otros más abrieron paso a la libertad de la imaginación, la zoología fantástica, la imagen insólita y fueron soporte de realizaciones posteriores.
Junto al boom progresivo se pone en marcha el signo retrospectivo de las viejas narraciones y a la vez se descubrió el tremendo legado del pasado.
Los nuevos literatos
Los poetas y prosistas americanos del siglo ** fueron renovadores de la lengua literaria americana: desterraron el lenguaje grave y afectado de la prosa romántica, sustituyeron el adjetivo tipificador por el adjetivo colorista y sugerente, depuraron el idioma, lo hicieron directo y hablado, incluso en medio de las más rebuscadas exquisiteces.
Los magníficos sesenta
Las circunstancias políticas, sociales y económicas que vivían en la década de los 60, estimularon al máximo la creatividad humana y, en el campo de la literatura, la producción de grandes obras marcó un hito.
El fenómeno García Márquez fue el símbolo y en torno a él, los profesionales de la narrativa continental obtuvieron reconocimiento mundial.
Circunstancias motivadoras
Varias fueron las circunstancias que impulsaron el desarrollo de las letras latinoamericanas en la década de los 60.
En primer lugar, el surgimiento de autores talentosos. En segundo, el ascenso de un público lector constituido por intelectuales de clase media. En tercer lugar, la decadencia en que se encontraba la literatura de grandes metrópolis, desde donde habían provenido siempre las mejores obras. En cuarto término, la preocupación mundial por el desarrollo del Tercer Mundo, muy particularmente de América Latina, y el proceso cubano. Todo esto, manejado en forma talentosa por los equipos publicitarios de las casas editoriales y los agentes de escritores, resultó en un "boom" por las obras continentales en lengua española.
Fenómenos del boom
Aunque la figura central del boom es García Márquez y su obra Cien años de de soledad, publicada en 1967, hay muchos autores y obras anteriores a esa fecha, que se han vinculado a este fenómeno. El cubano Alejo Carpentier, por ejemplo, o el argentino Julio Cortázar, ya estaban consagrados como escritores. Sin embargo, no habían sido "masificados", fenómeno que sólo ocurrió a partir de los 60. Juan Rulfo, de México; José María Arguedas, de Perú; Guillermo Cabrera Infante y José Lezama Lima, de Cuba; Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, de Argentina; y Juan Carlos Onetti, de Uruguay, entran en la renovación temática y estilística de nuestra literatura. En Chile, no podemos dejar de nombrar a Manuel Rojas, cuya obra cumbre, Hijo de Ladrón, expresa de modo magistral, los principales motivos de la literatura contemporánea: la marginación social, la angustia existencial, la incomunicación y la impersonalidad de la sociedad contemporánea
Fenómeno que conmocionó en los años 60 la literatura hispanoamericana. Ha habido en su evolución otros momentos anteriores al señalado con esta palabra, el modernismo y el vanguardismo.
Factores que estimularon el boom:
a) La incomunicación con Europa y con unos Estados Unidos por el esfuerzo bélico.
b) La explosión demográfica y el crecimiento de las grandes ciudades.
c) La huella de maestros consolidados como Kafka, Joyce, Faulkner y Sartre.
d) Experimentalistas aislados como Horacio Quiroga, Jorge Luis Borges, Ricardo Güiraldes y otros más abrieron paso a la libertad de la imaginación, la zoología fantástica, la imagen insólita y fueron soporte de realizaciones posteriores.
Junto al boom progresivo se pone en marcha el signo retrospectivo de las viejas narraciones y a la vez se descubrió el tremendo legado del pasado.
Los nuevos literatos
Los poetas y prosistas americanos del siglo ** fueron renovadores de la lengua literaria americana: desterraron el lenguaje grave y afectado de la prosa romántica, sustituyeron el adjetivo tipificador por el adjetivo colorista y sugerente, depuraron el idioma, lo hicieron directo y hablado, incluso en medio de las más rebuscadas exquisiteces.
Los magníficos sesenta
Las circunstancias políticas, sociales y económicas que vivían en la década de los 60, estimularon al máximo la creatividad humana y, en el campo de la literatura, la producción de grandes obras marcó un hito.
El fenómeno García Márquez fue el símbolo y en torno a él, los profesionales de la narrativa continental obtuvieron reconocimiento mundial.
Circunstancias motivadoras
Varias fueron las circunstancias que impulsaron el desarrollo de las letras latinoamericanas en la década de los 60.
En primer lugar, el surgimiento de autores talentosos. En segundo, el ascenso de un público lector constituido por intelectuales de clase media. En tercer lugar, la decadencia en que se encontraba la literatura de grandes metrópolis, desde donde habían provenido siempre las mejores obras. En cuarto término, la preocupación mundial por el desarrollo del Tercer Mundo, muy particularmente de América Latina, y el proceso cubano. Todo esto, manejado en forma talentosa por los equipos publicitarios de las casas editoriales y los agentes de escritores, resultó en un "boom" por las obras continentales en lengua española.
Fenómenos del boom
Aunque la figura central del boom es García Márquez y su obra Cien años de de soledad, publicada en 1967, hay muchos autores y obras anteriores a esa fecha, que se han vinculado a este fenómeno. El cubano Alejo Carpentier, por ejemplo, o el argentino Julio Cortázar, ya estaban consagrados como escritores. Sin embargo, no habían sido "masificados", fenómeno que sólo ocurrió a partir de los 60. Juan Rulfo, de México; José María Arguedas, de Perú; Guillermo Cabrera Infante y José Lezama Lima, de Cuba; Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, de Argentina; y Juan Carlos Onetti, de Uruguay, entran en la renovación temática y estilística de nuestra literatura. En Chile, no podemos dejar de nombrar a Manuel Rojas, cuya obra cumbre, Hijo de Ladrón, expresa de modo magistral, los principales motivos de la literatura contemporánea: la marginación social, la angustia existencial, la incomunicación y la impersonalidad de la sociedad contemporánea
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